31 de diciembre de 2008

Entre Nochevieja y Añonueve

Queridos amigos queridos:

La vida nos arrastra a una velocidad que no podemos controlar. Intentar hacerlo, nos cuesta cada vez más esfuerzo, habilidad e inteligencia.

Hoy acabamos un año intenso, histórico y por múltiples razones inolvidable. Durante su transcurso hemos tenidos muchas noticias buenas y de las otras, hemos vivido nuevas experiencias y perdido a seres queridos. Hemos conocido gentes y lugares nuevos, y el espejo maldito una vez más se encargó de recordarnos que ya no tenemos treinta.

Dentro de la pena que da comprobar que algo se acaba, tenemos que aprender a descubrir la alegría y el gozo de lo que empieza a nacer. El eterno renacer de la vida.

En estos momentos que nos preparamos para despedir el año quiero que sepas que estoy contigo de la misma forma que tu has estado conmigo. En este último minuto del año te tendré muy presente, por los momentos hermosos que me has regalado, por tu cercanía, calor y amistad. Razones que están en el origen de que el 2008 haya sido para mi, un año extraordinario.

Si los astros quieren seguir acompañándonos, esperamos también nosotros continuar brindando novedades y agradables sorpresas. Precisamente el que viene ha sido declarado Año de la Astrología, así que trataremos de aprovechar las influencias de Júpiter para regar el trabajo con alegría y optimismo.
Entre otros motivos porque se cumplen 20 años de nuestra llegada a Vigo, por tanto, a los sentimientos anteriores tenemos que sumar la GRATITUD con mayúsculas a esta tierra y su gente.

Esto es tan solo una pincelada de lo que nos espera, aunque la mejor obra de arte la seguiremos haciendo juntos, tu, yo y esa amistad que me permite poder seguir engañando al espejo.

Junto a las uvas de esta Nochevieja brindaremos para que las cosas no empeoren, si es que no pueden mejorar, y aunque se que me tienes bien ubicado en tu corazón, una recomendación: que en la primera semana de Enero trates de seguir las noticias del Rally Dakar que se está corriendo por diferentes regiones de Argentina y Chile. Es la primera vez que mi querido Jacobacci será epicentro mundial de las noticias, y por esas cosas de la vida, la caravana de competidores pernoctarán allí la noche de Reyes. Justo el día en que yo me distancio 58 años de mi nacimiento en “aquel pueblito del sur”, o si prefieres, en el que me pongo a 730 días de incorporarme al equipo de los sesentones ilustres.
Como para no dar gracias. Ese día, hasta el Sol me traerá su regalo acercándose a solo 147 millones de kilómetros de distancia de la Tierra. Claro que el calorcito solo lo notarán en el hemisferio sur. Pero de coincidencias y curiosidades como éstas ya falaremos más adelante.

Un saludo con todo el cariño del mundo para ti y tus seres más queridos.
Que los mejores deseos comiencen a hacerse realidad en este mismo momento.
Salud, y Feliz Añ09. Jaime y familia

Más de una vez...

Vigo, Diciembre 2008

Querido amig@:

Hoy he revisado mi archivo de correos con el tiempo y la atención que se merecen y no siempre dedico, y al final de la tarea, asoma un sentimiento de gratitud como un rayo de sol entre las nubes.

El volumen y la variedad de los correos que a diario recibimos alcanza a veces una magnitud, que el tiempo material se torna insuficiente para leerlos y saborearlos como me gustaría. Entre ellos llegan “los indeseables” cuando no maliciosos, que acrecientan el trabajo y esfuerzo de tener que separar paja de trigo, con el consiguiente riesgo de confundir lo bueno de lo que no lo es, o de crear también una relativa sensación de agobio y saturación.

Más de una vez borramos sin querer alguno de los mensajes recibidos, que nos hubiera gustado releer o reenviar a otros amigos.
Más de una vez, el peso de las imágenes llega a colapsar nuestro ordenador.
Más de una vez, los he guardado sin apenas leerlo, sin reparar en su contenido o en tratar de entender cuál habrá sido el deseo más íntimo y sincero del remitente.
Más de una vez, son cadenas a las que no queremos encadenarnos, ante el temor y la desconfianza que produce ese inmenso agujero negro llamado Ciberespacio.

Sin embargo, estas sensaciones oscuras se disipan cuando me siento a revisar mis archivos, contemplando, meditando y haciendo mías todas y cada una de las palabras de tus mensajes. Propias o de otros, tanto da, si al fin y al cabo la belleza y la perfección es de todos. Nadie debería atribuirse derechos de autor de una canción, un poema o una rosa. Es la Creación, o Dios para los de fe, quien se manifiesta a través de la pluma, la palabra o la voz. Cómo puedo pretender entonces adueñarme del color de una flor, o del misterio de una bella melodía.

Revisando en mi conciencia, no tardo mucho en encontrarle sentido a esos correos, a esas poesías, pensamientos, imágenes increíbles con música de ensueño...
Especialmente en estos días en los que los afectos y los sentimientos están más cerca de la epidermis.

No se si seré lo suficientemente agradecido con la vida que me toca, por tener tu amistad, y que te acuerdes de mi cada tanto, y que no me olvides y que me lo hagas saber aunque sea con dos renglones al año. Al paso del calendario voy aprendiendo que los afectos no se miden como los terrenos, ni se pesan como la fruta en el mercado.

El próximo año huele a cambio, ojalá se trate de transformaciones verdaderas, que comiencen desde lo más profundo de nuestros interiores. Porque, no es fácil permanecer insensibles a esos maravillosos paisajes nevados de las tarjetas navideñas, a esas increíbles obras de arte de las “presentaciones virtuales”, como tampoco es posible continuar impasible y seguir siendo el mismo al levantarme de la mesa, donde nunca Dios nos ha hecho faltar un plato de comida caliente, mientras observamos en el telediario tanta necesidad y miseria en el resto del mundo. Ese “postre” puede ser indigesto y dañino si nuestra conciencia no está limpia y ordenada.

Vivimos en un mundo exprés, de café exprés, de “escapadas” en lugar de viajes, de comida rápida y literatura breve, de micro relatos y mensajes en clave, olvidando con frecuencia que la creación lleva su tiempo, y alcanzar la perfección más tiempo aún. Como la fruta para que madure y llegue a su punto, como una madre para dar a luz, todo en la vida requiere paciencia y serenidad de espíritu.
Cómo no desear entonces que el 2009 sea un punto de inflexión en nuestras vidas, que esa bendita comunicación de la que disponemos algunos sirva para mantener y mejorar nuestro estado de bienestar, pero al mismo tiempo para aprender a vivir con inteligencia, para ayudar a nuestros hermanos, a quienes tienen mucho menos, a los que nunca llegarán a gozar de los privilegios del “mundo desarrollado”.

Más de una vez quise decirte esto y las prisas no me dejaron.
Más de una vez me pregunto si es bueno pensar así. Si sirve de algo contarlo, y si me crees cuando digo que hoy he pensado en ti... más de una vez.