11 de julio de 2010

Maricarmen Álvaro López









Queridos amigos, permítanme que les hable hoy de mi amiga Maria del Carmen Álvaro López, una gigante con alma de niña, castellano manchega de Soria y afincada en Pontevedra. Un ser diminuto en apariencias pero enorme en humanidad, una criatura única, original, especie exótica en peligro de extinción.

La Asociación de Escritores y Artistas Españoles junto a un grupo de amigos le brindamos el 2 de Julio un homenaje, extraño por su juventud pero merecido por su talento.
Porque no es necesario llegar a viejo para homenajear a los amigos, porque no es necesario salir en televisión para ser reconocido, porque no se necesita popularidad para sentirse plenamente satisfecho con lo que somos. Solo hace falta entregar el alma en cada acción para que la vida nos recompense con una lluvia de estrellas.
Eso es lo que recibió Maricarmen aquel el día, un soplo de afecto de los que envuelven el corazón con papeles de colores y lazos de amistad.

Porque la vida es un instante, y en ese tan especial para ella, se detuvieron los relojes y el tiempo se hizo cómplice, el “antiguo” Café Moderno fue testigo de la presencia de sus tesoros más preciados, padres, hermanos, amigos del alma, hijos, y su nieta Lucía como símbolo del amor más puro y razón de su vida.

Yo, compañero en viaje que ilumina sus andenes con luces de bohemia, privilegiado intérprete de un sentir poético que comparte amaneceres con plumas pintadas, me hice eco de ese sentimiento y dejé que las cuerdas de mi guitarra dibujen en el aire su canción preferida.
Al tiempo que un coro lejano repetía…“siente cómo se besan la noche y la mañana, son corazones unidos por la misma madrugada…”.
Dos almas y una sola voz para decirle al mundo que “nosotros, viajeros convergentes, donde pierden el rostro los pronombres, nos asomamos a la eternidad del ser, desgranando la espiga del amor”.

Gracias a la vida que me regala tantas cosas bonitas,
entre ellas la amistad de Maricarmen Álvaro.

Corazón de golondrina que al batir sus alas llena el aire de ternura y simpatía.
Novia eterna de las rías, contigo el camino es más liviano.
Larga vida los dioses te den para que puedas seguir deleitándonos con tu verso y con tu fantasía.
Y recuerda que: ”cuando las aguas de los mares se hayan ido, y el último fuego esté apagado, yo seguiré bendiciendo tu cariño, y seguiré de ti enamorado.”

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