3 de octubre de 2010

DEDOS DE GUITARRERO




En el año que Argentina y Vigo celebran sus respectivos bicentenarios, un histórico Septiembre destaca en el almanaque familiar. Un mes que recordaré con un sentimiento especial por el resto de mis días. En su transcurso ocurrieron cosas que pintarán de colores el libro de mi vida.
Todo empezó con el regreso de Valeria de Inglaterra, después de 13 años de vivir allí. Continuó con la alegría de ver a mi madre llegar con envidiable salud a sus 80 primaveras. Y la guinda del pastel el miércoles 29, media España se paralizaba por una huelga mientras la otra mitad se revolucionaba por la noticia: la Deulofamilia espera un nuevo heredero. Porque ese día, tuve el privilegio de ser el primero en conocer el sexo de mi futuro nieto, y ver el perfil de sus piernas de futbolista, y ver los dedos de guitarrero que tendrá.
Ese día regresaba Julio desde Londres; fuimos a esperarlo a Santiago para transmitirle la noticia y entre todos continuamos la búsqueda de posibles nombres para el bebe, ahora inequívocamente masculinos.

Sueños que se hacen realidad y realidades que son un sueño.

Comienza el inviernotoño 2010 con calor, la lluvia brilla por su ausencia y yo en una nube. Tengo que realizar no pocos esfuerzos para que el trabajo y la rutina diaria no me haga perder la verdadera dimensión de los acontecimientos, que no me haga ver como normal algo que sin duda cambiará nuestras vidas para siempre.
Las nubes se cabalgan solo cuando la vida te muestra su cara amable, la que ilumina el sol, la que suma y enriquece. La que mezcla los ochenta de una madre con la dulce espera de una hija. El otoño de una vida y el retoño de otra. El estado de buena esperanza que nos calentará este invierno, achicando distancias, uniendo dos hemisferios en una eterna primavera.

Múltiples trámites en ambos países, el estrés de la mudanza, la nueva atención médica de Valeria, la readaptación familiar y social, no son estaciones menores por las que han tenido que pasar Julio y Valeria. Nueva experiencia migratoria, nuevo cambio de idioma y cultura que con ayuda de familia y amigos, intentaremos sea lo menos traumática y lo más rápida posible. La tarea no es fácil, nunca las grandes aventuras lo fueron, no obstante su fe y determinación les auguran un final feliz.
Porque encarnan la nueva juventud, ciudadanos del mundo, ni de aquí ni de allá y al mismo tiempo de todas partes. Con pasaportes abiertos a donde sople el viento, y esta vez el viento viene del norte, de las Islas Británicas, de una Inglaterra que pasará a ocupar un lugar especial en el baúl de los recuerdos.
Le damos la bienvenida con el corazón, con los brazos abiertos y dispuestos a compartir los remos en esta nueva travesía, con la bendición de Dios para que sea Vigo el horizonte de felicidad que buscan, y se merecen.

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